Que rígida estás, dejaré tú mano aquí y el brazo encima de la mesa. Te pondré un pantalón de cuero color negro, y un top de lentejuelas espectacular, con un fular de gasa verde. Te dejaré estupenda, lista para el desfile.
Serás la envidia del centro y la reina entre todas ellas. Y a ti que miras de reojo, también te vestiré. Cómo pesas, no puedo bajarte de aquí, tú apariencia engaña. A ti no hace falta quitarte los brazos. Tú llevarás un vestido cruzado de color negro y un collar de bolas en plata. Y podrás acompañarla, las dos luciréis vuestras mejores galas haciendo distinción de vuestra firma.
Sabéis que os encontrareis con otras muchas, pero ninguna de ellas como vosotras. Susurraba Yolanda mientras daba los últimos retoques a los dos maniquíes. Solo me queda poner unos alfileres en el bajo de tu vestido, para que puedas lucir esas bonitas piernas, y estarás lista en unos segundos. Y a ti te diré una cosa, mantente menos rígida y muévete con soltura si quieres ganar algún premio. De lo contrario vendrás con las manos vacías.
La ropa que os he puesto es perfecta para el desfile y en estos días de Navidad es bastante comercial, y así el jurado se fijará mucho más. Ya estáis listas para salir a la pista. Solo tenéis que poner una bonita sonrisa, y el premio a la mejor maniquí de estas Navidades será vuestro.
¡Suerte!